SURFCAMP ASTURIAS

Así vivimos el Surfcamp de Alona People en Asturias

Si las quedadas de Alona People son siempre especiales, lo que vivimos en nuestro Surfcamp de septiembre en Asturias fue otra liga. Durante cinco días, dejamos atrás la rutina, nos lanzamos al mar y compartimos una experiencia increíble que combinó deporte, conexión y mucha diversión. Olas, risas, nuevos amigos y un ambiente inmejorable.

Desde el primer día, la energía del grupo fue mágica. Algunos nunca habían tocado una tabla de surf, otros ya tenían experiencia, pero al final, todos terminamos igual: felices, agotados y con ganas de más.

Entre olas y risas: la experiencia del Surfcamp

El surf fue el gran protagonista, pero este viaje fue mucho más que subirse a una tabla.

Clases de surf diarias con instructores que nos enseñaron desde lo más básico hasta técnicas avanzadas.
Momentos épicos en el agua, caídas graciosas, primeras olas surfeadas y gritos de emoción cada vez que alguien lograba ponerse en pie.
Amaneceres y atardeceres en la playa, con la sal en la piel y la sensación de libertad en cada ola.

Pero lo más bonito no fueron las olas, fue el ambiente que se creó.

Círculos de conversación y dinámicas después de cada sesión, donde compartimos emociones, nos apoyamos y nos reímos hasta que nos dolía la cara.
Cenas compartidas, con comida rica, juegos, brindis y sobremesas que terminaban en noches estrelladas con conversaciones mágicas.
Fiestas improvisadas, porque después de un día en el agua, la mejor forma de acabarlo era bailando y celebrando la vida juntos.

Un lugar perfecto para conectar con el mar y con la gente

Nos alojamos en un Surfcamp en plena naturaleza, rodeados de montañas y con el mar muy cerquita. La desconexión del día a día fue total: menos pantallas, más personas, más momentos reales.

Pero lo mejor no fueron las olas, sino las personas. Porque en Alona People no importa tanto el qué hacemos, sino con quién lo compartimos.

Revive los mejores momentos del Surfcamp de Alona

Las fotos y vídeos hablan por sí solos. Cada mirada, cada gesto, cada abrazo capturado es prueba de que esta quedada nos cambió a todos un poquito.